Aunque llovía a cántaros, me sumergí en el laberinto,
buscándolos. A ELLOS. Rastreé el oscuro submundo de los senderos que intentan
converger en la publicación. Son senderos tenebrosos, pero me adentré. Por
supuesto, me lo habían advertido, llevaba la lección aprendida: es más fácil
escribir que conseguir una editorial que te publique. Aún así, entré en el
epicentro del laberinto.
Miles de caminos serpentean desde ese epicentro. Los pateo y
me pregunto: ¿existirá salida? ¿Todos los intentos acaban en un muro
infranqueable? Época de chaparrones. Paciencia y Suerte. La Paciencia consiste
en probar caminos. La Suerte… en que exista una salida.
Y cuando terminaron las lluvias, llegaron ELLOS. La
Editorial existe. Está en Barcelona. Se llama Nova Casa Editorial. Si tú
también escribes, búscalos.
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