Al tonto le ofrecían una moneda de diez céntimos y otra de un euro. Siempre cogía la de diez céntimos y se descojonaban de él.
Cuando le preguntaron, dijo: el día que coja la de un euro, se acabó el juego y ya no ganaré mi moneda.
Conclusión evidente: INTELIGENTE es el que APARENTA ser TONTO ante un TONTO que APARENTA ser INTELIGENTE.
Conclusión retorcida: tu ríete de tipos como el de la foto, pero ellos son los que se ríen de ti.
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